Esta vitamina proviene principalmente de las verduras y los aceites vegetales, así como de la carne, los huevos y algunos alimentos bien fermentados (como el queso).
Las personas que comen una dieta rica en vitamina K tienen un riesgo 34% menor de enfermedad cardiovascular mortal asociada con la aterosclerosis.
Los científicos de la Universidad Edith Cohen (EE. UU.) estudiaron los datos de más de cincuenta mil personas que participaron en el estudio danés sobre dieta, cáncer y salud a largo plazo durante un período de 23 años. Los alimentos contienen dos tipos de vitamina K: la vitamina K1 proviene principalmente de las verduras y los aceites vegetales, y la vitamina K2 se encuentra en la carne, los huevos y los alimentos fermentados (como el queso).
Como resultado, resultó que las personas con la mayor ingesta de vitamina K1 tenían un 21 % menos de probabilidades de ser hospitalizadas por enfermedades cardiovasculares asociadas con la aterosclerosis, mientras que el riesgo de hospitalización era un 14 % menor para la vitamina K2. Este menor riesgo se observó para todos los tipos de enfermedades cardíacas relacionadas con la aterosclerosis, especialmente para la enfermedad arterial periférica (34 %).
Según los científicos, la vitamina K actúa protegiendo contra la acumulación de calcio en las arterias principales. Y esto suele conducir a la calcificación de los vasos sanguíneos.